El decano de la FAD, Prof. Arturo Tascheret, hizo especial énfasis en la importancia de distinguir, homenajear y poner en valor a referentes de nuestra cultura. Además, destacó la amplitud de la obra y la labor de Damián Sánchez: “Hoy este alto reconocimiento para alguien que desde la academia, con saberes técnicos decidió abrir puertas y conectar los saberes populares musicales. Abrir puertas, anteponerse a lo hegemónico, en momentos donde el contexto institucional de nuestro país y la región no eran favorables para expresiones libre del pensamiento. Ésto fundamenta aún más el mérito”
Por su parte, en representación del Rector Ing. Daniel Pizzi, la Decana de la Facultad de Ciencias Económicas, Cont. Esther Lucía Sánchez recalcó el honor y la emoción de entregar la máxima distinción de la Uncuyo “a personas que han sabido dejar huellas y a Maestros que han dejado tanto en distintas generaciones. Lo mejor que se puede hacer en una universidad que es donde los valores y la academia se reúnen para formar a nuestra gente, es que se reconozca los valores de quienes han brindado tanto a la comunidad por generaciones y a quienes han llevado y transmitido al mundo nuestra cultura”.
El nuevo Doctor de la UNCUYO, Damián Sánchez, manifestó que “este reconocimiento es un merecimiento insospechado pero que tiene un fundamento que me alegra y que es ser parte de ese argumento; porque es necesario tener que ver con la defensa de nosotros mismos. El defendernos a través de la poesía, de nuestros ritmos, de la música, de nuestro folclore, de nuestros cantos religiosos, de la música étnica, eso es defender lo que nos pertenece. Ese reconocimiento me alegra de sobre manera porque es lo que decidí hacer específicamente en los coros”.
Además, se mostró emocionado y agradecido mencionando que este reconocimiento fue también gracias a la Universidad Nacional de Cuyo que lo formó en su carrera. Recordó a Maestros como Elifio Rosaenz, Carlos Washington Barraquero, Eduardo Bravo, Valessi, entre otros que fueron quienes lo orientaron, y le dieron el conocimiento que el adaptó, sobre todo en su trabajo en coros: “No puedo dejar de mencionar a los amigos poetas, los que hicieron que a través de sus pensamientos y sus palabras pudiéramos mostrar a través de la canción la realidad. Sin miedos, sin ningún límite, con todo lo corajudo de la juventud, pero con la verdad, con la sinceridad y con el amor fundamental de hacer aportes a lo que éramos en ese momento en que estábamos estudiando”.
En ese momento el agradecimiento fue para algunos de los presentes en la sala, como Jorge Sosa y Pedro Salazar, el recuerdo a Armando Tejada Gómez con quienes recorrieron el país y manifestó que “el reconocimiento de mezclar la música académica con la música popular, con nuestra música, me hace sentir muy feliz”.
Por último, el homenajeado hizo alusión al camino recorrido en su trayectoria coral, con su aporte de incorporar el repertorio popular en un contexto donde esto era impensado y destacó los avances de la Facultad de Artes y Diseño en relación a la Carrera de Música Popular, manifestando la importancia de trabajar en función de nuestra identidad y de nuestro patrimonio cultural “en este momento la Universidad tiene una carrera de música popular, entonces hemos cambiado, hemos crecido y eso hace que nos podamos sentir bien, porque este es un camino que está iniciado, pero no está listo. Hay que trabajar en función de nuestra identidad, de nuestros patrimonios; tenemos que enfrentarnos a una realidad donde a través de los medios de comunicación tenemos que encontrarnos con propuestas netamente comerciales que no aportan nada… nuestra juventud se tiene que dar cuenta que hay cosas en nuestro patrimonio nacional, en nuestro país inmenso y en Latinoamérica que tienen que estudiar y conocer”.
El emotivo acto artístico contó con la presencia del Coro de Cámara de la Universidad Nacional de Cuyo, dirigido por Fernando Ballesteros, con las palabras de Pedro Salazar e interpretaciones de Javier Rodríguez. Además, Jorge Sosa recitó una poesía especialmente escrita para la ocasión y el cierre estuvo a cargo del Cuarteto de Violoncellos integrado por Gabriela Guembe, Leandra Velazquez, Lilian Giubetich y José Di Marco quienes interpretaron la reconocida “Tonada de otoño”, con la voz de Pocho Sosa.