La semana pasada nos referimos a los incidentes en el Acto de Vendimia de Ciudad, cuyos organizadores desoyeron temerariamente los pronósticos meteorológicos, generando que la fiesta terminara casi en tragedia. Esta vez el desmoronamiento de la parrilla de luces sobre el escenario del Teatro Griego Frank Romero Day, al que siguió la caída de la grúa en las gradas potencia nuestra preocupación y nos sitúa en estado de alarma.
El grado de precarización, presión psíquica y riesgo físico a que los artistas son sometidos ha escalado a niveles de extrema gravedad. Esto, sumado a la falta de controles técnicos y de seguridad por parte de los responsables de la organización del acto, que también podrían afectar al público que asistirá al Acto Central, no garantizan las condiciones mínimas para el desarrollo de la Fiesta Nacional de la Vendimia.
Si a esto agregamos que el trabajo de un artista supone además un compromiso emocional y sensible, podremos tener una dimensión de la magnitud del desastre. Hoy se torna indispensable resguardar la integridad de los trabajadores y generar condiciones dignas para que quienes día a día se desempeñan en la labor artística puedan desarrollar plenamente sus funciones.
A días de la celebración máxima de los mendocinos, la sociedad se ve envuelta en un clima de incertidumbre y temor por la falta de previsibilidad de los funcionarios en materia de seguridad. Por esto, exhortamos a las autoridades de Cultura del Gobierno de la Provincia a que asuman la responsabilidad de los daños ocasionados y tomen las medidas necesarias para garantizar el desarrollo pleno de la labor de los participantes de la fiesta.
Asimismo, las autoridades de la FAD expresan su apoyo a la comunicad artística de Mendoza, y acompañan la determinación que tomen los trabajadores en asamblea.