Este lunes se fue tal vez el diseñador más admirado de la República Argentina: Ricardo Blanco. El también arquitecto, académico, y gestor cultural, fallecido este lunes en Buenos Aires a laos 77 años, fue uno de los precursores de esta disciplina en nuestro país. De hecho entre sus créditos destaca el haber sido uno de los creadores de la carrera en la FADU-UBA.
El educador tuvo también su paso por Mendoza: fue profesor de de la cátedra Taller de Trabajo Final de Diseño de Producto (hoy Cátedra Diseño de Producto Final) de la Facultad de Artes y Diseño desde 1975 a 1988.
Blanco ha sido uno de los pocos diseñadores argentinos que además de tener su propio estudio realizó una intensa actividad trabajando para diferentes empresas de equipamiento. Desde mediados de la década del 60 y llegando a los 90, los diseños de Blanco fueron parte los de los hogares argentinos. Sus muebles han sido incluidos en los catálogos de empresas como Lañin, Stilka, Indumar, Venier, entre muchas otras.
Perfil de un hacedor inquieto
Ricardo Blanco nació en Buenos Aires en 1940, en 1967 se recibió de arquitecto en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UBA y en 2008 se graduó como Doctor en Diseño Industrial en esa misma casa de estudios y fue nombrado profesor emérito. Desde 1968 formó parte del mundo académico y fue miembro fundador de la carrera de Diseño Industrial en la FADU-UBA, y entre 1985 y 2005 se desempeñó como director de la misma. Hasta su fallecimiento fue director del posgrado de diseño de equipamiento DIMO.
El perfil de Blanco abarca también el área de la gestión de la cultura del diseño. Con el paso del tiempo se convirtió en un promotor incansable de la disciplina, escribiendo libros y realizando exposiciones con sus propios trabajos y con los de sus colegas en nuestro país y en el exterior. Fue presidente de la Academia Nacional de Bellas y merecedor del Konex de Platino 2002 en Diseño Industrial, además otros reconocimientos. Por otra parte, Blanco incursionó en el mundo del diseño gráfico y la arquitectura.
En 2015 la editorial Franz Viegener editó un libro sobre su historia, “Ricardo Blanco, Diseñador”. Allí recopilaron su enorme obra dividida en tres capítulos: Lo profesional, Lo experimental y Lo conceptual que es la manera en que Blanco ordena su labor de más de cuatro décadas. Una enorme colección de diseño de sillas -“Llegué a diseñar una por día”, confesó-, sus trabajos de equipamiento para la Biblioteca Nacional, el Plan de Escuelas Municipales y los Hospitales Argerich y Fernández y para otras muchas empresas de escala masiva, dan cuenta de su intensa y variada producción. Incansable, sigue enseñando, experimentando y produciendo desde su estudio de la calle Bolívar en San Telmo.
El diseñador Alan Neumarkt ha dicho sobre el diseñador fallecido: “Blanco es –con el verbo conjugado en presente eterno- la referencia de toda una profesión: el Diseño Industrial argentino; del que fue pionero, educador y hacedor. Más de cincuenta años trabajando en una de las más bellas profesiones, la de generar “cosas” para un mundo diseñado, o sea para un mundo mejor. Y ejerciendo la docencia con el objetivo de ‘diseñar diseñadores’ que continúen la tarea de crear un accionar disciplinar de identidad propia”.