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Integrantes de la carrera de Cerámica Industrial desarrollan vasijas para la guarda de vinos

Se trata de un proyecto de investigación llevado a cabo por estudiantes avanzadxs de la FAD, junto a docentes y un egresado en cooperación con el INTA.

imagen Integrantes de la carrera de Cerámica Industrial desarrollan vasijas para la guarda de vinos

Un grupo de estudiantes de la carrera de Cerámica Industrial dirigido por el docente-investigador y Lic. en cerámica industrial Esteban Such, desarrollan un proyecto interdisciplinario junto con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) destinado a la fabricación de vasijas para la guarda de vinos naturales y el uso sostenible de recursos locales. 

El proyecto fue aprobado y financiado por la convocatoria Universidad Cultura y Territorio 2021/2022 del Ministerio de Educación de la Nación. El mismo fue incentivado por el Área de Vinculación productiva de la FAD la cual asesoró al equipo a cargo para que presentara la propuesta a esta beca de financiamiento.

Gracias a ese otorgamiento el equipo conformado por lxs estudiantes Macarena Paez, María Jose Masera, Pilar Escudero Pavone y Milada Baraga y el egresado José Altamira, con la dirección de Profesor Esteban Such, tomó la decisión de destinar parte de los fondos que no fueran empleados en la puesta en marcha del proyecto, a la compra de equipamiento para realizar mejoras en el Laboratorio Cerámico del grupo de carreras de Cerámica. 

El proyecto tiene como objetivo fabricar vasijas para la maduración de caldos que se convertirán en vino a partir de uvas criollas. Con esa premisa, el grupo responsable emprendió la búsqueda de arcillas abundantes y económicas en Mendoza y alrededores, como el embalse del Dique Potrerillos y en Sarmiento, provincia de San Juan. 

Otro objetivo del proyecto en curso es caracterizar las arcillas locales para su uso en vasijas y definir la incidencia de los perfiles en el vino obtenido. Para ello, se realizó un relevamiento de arcillas, pruebas y ensayos morfológicos de vasijas junto a la bodega experimental del INTA. Con esas muestras realizaron ensayos para extraer características, se seleccionaron las más adecuadas y se mandaron a elaborar por alfarerxs expertxs las “piezas piloto” que tienen una capacidad entre 3,5 y 4,5 litros.

La elaboración de vinos en vasijas es uno de los inventos más antiguos de la civilización, tanto para su crianza como para su transporte. Este rescate ancestral hace que en los últimos años la tendencia lleve cada vez más a enólogxs y bodegueros a utilizar vasijas de arcilla. Algunxs son elaboradores de vinos naturales o biodinámicos. Otrxs, simplemente, buscan experimentar con recipientes que respeten más el terroir -y las variedades autóctonas-, ya que la madera, que es la más utilizada, aporta muchos matices a los vinos. La o las arcillas que se utilizan para la pasta cerámica y su proceso de cocción también influye en el resultado final haciendo variar su porosidad, entre otros factores. Esto le sienta mejor a algunas uvas que a otras, permitiendo obtener vinos de muy diferentes estilos.

Desde el punto de vista ambiental la extracción de arcillas no compromete la disponibilidad del recurso para futuras generaciones dada las pequeñas cantidades de recurso y tecnologías de extracción para los volúmenes de producción requeridos. Por otro lado, la utilización de arcillas locales para la elaboración de la pasta cerámica aporta sustentabilidad a la elaboración del vino, ya que desde su concepción y en todo su proceso se usan recursos locales reduciendo así  emisiones de carbono asociadas al transporte de materias primas e insumos sustitutos.

En esta instancia se realizó la entrega de las vasijas para que INTA pueda iniciar con sus ensayos. Dichas vasijas implican una innovación en pastas cerámicas ya que su formulación fue en su totalidad con arcillas locales.

 

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