Era licenciado en Artes Plásticas de la Facultad de Artes y Diseño de la UNCuyo y a lo largo de su carrera recibió más de 30 premios en su actividad como dibujante, grabador y pintor.
Fue uno de los pintores contemporáneos más reconocidos de Mendoza. Su obra puede enmarcarse dentro de la corriente surrealista con un marcado expresionismo dado por líneas, texturas y colores finamente combinadas en la que él buscaba la composición equilibrada de sus obras.
Nació en Mendoza en 1959, se graduó en la Facultad de Arte y Diseño de UNCUYO. Se especializó en grabado. Obtuvo más de 34 distinciones como pintor, grabador y dibujante. Su Primer Premio de Pintura lo obtuvo a los 11 años en un concurso de murales organizado por la Cámara Empresaria de Maipú, Mendoza.
Realizó exposiciones grupales e individuales desde 1984 en distintos espacios culturales de la provincia, el país y el mundo.
Thormann realizó diferentes actividades relacionadas con su quehacer artístico, trabajó en muestras en bodegas de Mendoza. Realizó trabajos murales junto a su esposa la escultora en cerámica Alejandra Civit.
Era columnista de revistas de arte y decoración. Editó su libro de "Pintura de sueños y mares" con una tirada de 7.000 ejemplares para la colección IMPSAT. Diseñó las cajas lumínicas en la Fiesta Nacional de la Vendimia 2004. Su trabajo artístico ha sido presentado en colecciones nacionales e internacionales privadas y Estatales en Chile, Canadá, Taiwán, México, España, Inglaterra y Estados Unidos.
Su obra, colorida o en blanco y negro está compuesta por líneas, planos y transparencias, sugerentes espacios y formas que mas allá de la abstracción, hacen posible que quien observa vea en el cuadro su propio universo.
No hay bocetos o dibujos previos, él comienza a partir de una mancha, trazos y brillos que genera en la tela. Sus pinturas son óleos/tela y sus dibujos técnicas mixtas con carbonillas, tizas pastel y acrílico en blanco y negro sobre tela.
“Su temática es libre, pero siempre hay una relación entre el cielo y la tierra, la montaña y el mar, construcciones oníricas, la marca del hombre y su Dios”, así describía su obra en una crítica Sam Kirsbik.