La Escuela de Cerámica es creada por Ley Provincial Nº 1514, el 24 de agosto de 1942, dependiente de la Escuela Superior de Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Cuyo. Sin embargo, el dictado de los cursos comienza hace setenta años, en enero de 1943.
La 2º Guerra Mundial, con sus efectos devastadores sobre la producción cerámica europea, genera tanto en Argentina como en el resto de América Latina, un crecimiento de los procesos industriales y es en ese marco, que el gobierno propicia la creación de centros de enseñanza especializadas en distintas partes del país.En sus comienzos y en concordancia con las políticas nacionales y provinciales, la Escuela de Cerámica forma artesanos y técnicos para la industria. En este sentido, es pionera en la formación de profesionales en una especialidad poco conocida en ese momento en nuestro medio. De aquí surgen los primeros especialistas que impulsan la producción cerámica en la región.
La cerámica mantiene, en su desarrollo histórico, siempre su autonomía y dinámica, en relación al sistema de las artes. La complejidad de su propio campo con sus orientaciones artísticas, artesanales o industriales, que se entrecruzan y retroalimen- tan, confroman un hacer y un lenguaje con códigos propios.
En el año 1980 se constituye en la Universidad Nacional de Cuyo la Facultad de Artes, dentro de la cual la Escuela de Cerámica funciona como departamento de la Escuela Superior de Artes Plásticas. Posteriormente en 1985, se crea la Escuela de Cerámica con su grupo de carreras específicas.
Los setenta años ininterrumpidos, orientados a la enseñanza, investigación y extensión de esta especialidad, permiten hablar de una indiscutible tradición cerámica en nuestra región, convirtiendo a nuestra institución en un polo de referencia nacional e internacional.
Actualmente, a pesar del predominio de los medios audiovisuales y la sucesión vertiginosa de nuevas tendencias de carácter no objetual o conceptual, la producción cerámica no abandona el trabajo sensible sobre el material, sino que lo suma y lo coloca en relación a los nuevos formatos. Hoy el artista se vale de la tradición de cada sistema estético para actualizarla, para vincularla a diversos universos de significación.